La piel es el órgano más grande del cuerpo humano. Está continuamente afectada por una serie de factores endógenos y exógenos que se acumulan a lo largo de los años y tienen un impacto en los cambios de su estructura.

En las mujeres, los procesos de envejecimiento de la piel se aceleran significativamente durante la menopausia.

En particular, durante este período se produce una reducción de las concentraciones de estrógenos. Los receptores de estas hormonas están presentes en la mayoría de las células responsables de mantener la homeostasis de la piel. Estas concentraciones hormonales reducidas son el resultado directo, principalmente, de cambios metabólicos que provocan una menor producción de colágeno, lípidos epidérmicos y glucosaminoglicanos hidrofílicos.

Además, el sistema vascular de la piel sufre cambios significativos: por un lado, disminuye la velocidad de flujo a través de los capilares, lo que contribuye a los cambios atróficos, y por otro lado, la red vascular puede volverse hiperreactiva, lo que da lugar a los sofocos.

El resultado final de todos estos trastornos es la pérdida de firmeza, atrofia de los compartimentos grasos, formación de arrugas, mayor sequedad y sensibilidad de la piel a los factores externos.

¿Cómo cuidar la piel durante la menopausia?

El cuidado de la piel durante la menopausia debe tener como objetivo contrarrestar todas las anomalías mencionadas anteriormente.

En primer lugar, es importante recordar limpiar la piel con suavidad utilizando productos cuyo pH sea similar al de la piel y que no contengan tensioactivos ni irritantes. Fortalecer la barrera epidérmica mediante la reconstrucción del manto hidrolipídico juega un papel clave. Los productos de origen natural, como los aceites vegetales, merecen una atención especial. Muchos de estos contienen fitoestrógenos, que pueden contrarrestar en cierta medida la deficiencia de estrógenos humanos. También vale la pena recurrir a sustancias que apoyen el funcionamiento adecuado del lecho vascular, como la hesperidina, así como a antioxidantes.

El apoyo integral de la piel con cosméticos debe incluir una crema de día y una crema de noche, lo que permite dirigir el cuidado a diferentes aspectos del envejecimiento. También puede ser útil considerar la inclusión de productos con mayores concentraciones de ingredientes activos diseñados para las áreas más propensas a los cambios peri-menopáusicos, como el serum y la crema para los ojos. Como último elemento esencial del cuidado de la piel, se debe mencionar, por supuesto, el protector solar, que proporcione la mayor gama posible de protección solar, incluyendo contra la radiación UV, infrarroja y visible.

Estilo de vida

Los cambios en la textura de la piel que ocurren durante la menopausia pueden verse agravados por un estilo de vida inapropiado.

Una dieta pobre en macro y micronutrientes esenciales, el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol agravan los trastornos metabólicos de la piel y aceleran el proceso de envejecimiento. Además del cuidado adecuado de la piel es importante recordar una alimentación equilibrada y el ejercicio regular, así como limitar la exposición a sustancias nocivas.

Intervenciones médicas

Existen indicaciones específicas para la terapia hormonal sustitutiva en las mujeres menopáusicas, como el aumento de los trastornos vasomotores.

Aunque la terapia hormonal sustitutiva también mejora en cierta medida la calidad de la piel, este aspecto no debe determinar su aplicación. La gran mayoría de los casos pueden tratarse con medicina estética, como estimuladores tisulares o láser. Su hábil combinación garantiza una mejora de la hidratación, la firmeza y tensión de la piel.